artes visuales honduras

Artes Visuales: Honduras




Las artes visuales de honduras en un principio es desconocida para el mundo, esto conlleva dos opciones, es bueno debido a que el estudio sera mas profundo por otra parte es malo porque no hay un espacio en general para los artistas. Ademas las artes en honduras seran vistas desde dentro, es decir que serán aisladas por ser descubiertos. esto provoca que se cree una academia.


la arquitectura de honduras, se vera identificada por copan, tanto en cultura como en relieve En 1800, se dio las primeras culturas y escuelas en honduras. Pablo Zelaya Sierra fue el padre de la plastica contemporanea y de la pintura de genero. Durante la epoca del renacimiento se desarrolla y se envolvera la perspectiva. debido a eso se considero a el arte como creencia. 




JOSÉ ANTONIO VELÁSQUEZ, EL PINTOR MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA DE HONDURAS


Todo comienza con una publicación en un diario nacional, un día como hoy, pero de 1983. El escritor y periodista Filadelfo Suazo plasma bajo el título “El Ángel Primitivo” un poema dedicado a José Antonio Velásquez, el pintor más importante de la historia de Honduras, el primer primitivista.

“Se fue la cal
de todas las paredes
se derrumbaron todas las iglesias
y se cerraron todas las ventanas
las tejas se quebraron
por millares”
Honduras cumplía su tercer día de duelo ante la muerte de Velásquez, el 14 de febrero de 1983. “A sus 76 años de edad falleció de ataque cardíaco, a las 5:15 de la mañana, en Tegucigalpa”.


Nació un 8 de febrero de 1906 en el departamento de Valle. En 1930 se trasladó a San Antonio de Oriente, un pequeño Pueblo de Francisco Morazán que le ofrecería en los siguientes años un universo de colores y formas para plasmarlos en una obra que recorrería gran parte del mundo. Era telegrafista y peluquero, pintor autodidacta y amante de la modestia. Junto a la corriente del Arte primitivista, o Arte naif, retrató cada árbol y arbusto que encontró en su camino, además las características casas con tejas rojas, la gran iglesia levantándose sobre el envolvente cielo, el sacerdote errante, y un pequeño perro correteando entre los aldeanos.


El escritor Rafael Heleodoro Valle escribiría:
“Tierra verde, pinos, tierra de numerosos pinares, bajo un intenso cielo azul, en el que nació su bandera. Cielo turquí, tierra verde, toda la gama biológica y poética del pino. Y allá en el fondo de los pinares, los pueblecitos blancos que parecen alfeñique. Así están en la biografía mínima de Honduras trazada por su pintor José Antonio Velásquez”

Las primeras exposiciones fueron presentadas con patrocinio del Consejo Metropolitano del Distrito Central y producto de las cuales se adjudicó medallas de plata y algunos diplomas. Ya en 1954 su fama traspasaba las fronteras patrias, sus obras eran vistas en Alemania, España, Italia, Estados Unidos, México, Cuba, Brasil, Venezuela, República Dominicana, El Salvador, Nicaragua, Panamá, Colombia, entre otros. En 1981 estuvo en Costa Rica por invitación del presidente José Figueres”.
La famosa actriz estadounidense Sherley Temple narró la película “El mundo de un pintor primitivo”, documental auspiciado por la OEA que recoge las andanzas y trabajo de Velásquez.
Algunas piezas del pintor pueden apreciarse en el Banco Atlántida de Tegucigalpa. Presencia Universitaria hace este homenaje póstumo a quien sin duda alguna es el pintor más prominente que ha tenido esta tierra, a 31 años de su muerte.
El Arte primitivista
El primitivismo, o Arte naif, se caracteriza por el autodidactismo y la negación del academicismo como medios para llegar a manifestaciones artísticas menos contaminadas que las convencionales. Se dice que es un arte ingenuo, inocente, porque pretende ofrecer una visión del mundo sincera y exenta de artificios. Sus principales características son los contornos definidos, la falta de perspectiva, la sensación volumétrica a través de los intensos colores, la potencia expresiva, entre muchos más que pretenden un dibujo no necesariamente correcto, más bien un reflejo de la tranquilidad y despreocupación interior.






Ricardo Aguilar

Nació en 1915 y murió en el año 1951. Los estudios de dibujo y pintura fueron iniciados por el a partir de 1938 cuando el pintor español Alfredo Ruiz Barrera abrió una sección de Artes Plásticas en la Escuela de Artes y Oficios, de Tegucigalpa. Pero antes de eso y siendo aún bastante joven, practicó el dibujo en forma personal, de modo que podemos decir que en fechas tempranas hizo armas en las actividades artísticas.




Al fundarse en 1940 la Escuela Nacional de Bellas Artes por iniciativa del maestro Arturo López Rodezno, los mejores estudiantes de la Escuela de Artes y Oficios pasaron al nuevo establecimiento, entre ellos Ricardo Aguilar, Alvarado Canales y Roberto M. Sânchez. Allí continuó su formación profesional, ahora bajo la dirección sistemâtica del maestroMax Euceda, un hombre de mayor capacidad artística que el espanol Ruiz.


Ricardo Aguilar es, porlo tanto, el precursor del arte vanguardista en Honduras. Sus ensayos de expresionismo abstracto, geometrismo y hasta informalismo cuando en el país predominanban las tendencias realistas y figurativas, habla muy alto de sus impulsos creadores. Naturalmente, debemos decir que este artista hondureño no fue comprendido en su tiempo y que es hasta mucho despuês de su merte, quizá a la altura de los años sesentas, que se valora su aporte en el desarrollo de la plástica nacional.



RICARDO AGUILAR (INTRODUCE LAS VANGUARDIAS)

También pertenecio a la escuela de bellas artes. Pero en su camino se enfoco arduamente en las vanguardias artísticas, y fue de esa manera que las introdujo a honduras, lo cual tuvo un efecto negativo, pues es que no fue comprendido en su tiempo, y fue mucho después de su muerte que se valoro su arte. 


Ricardo Aguilar
El arte hondureño, pasara de lo fantástico al surrealismo y luego se encamina hacia el terror y así sucesivamente..Sus vanguardias se pueden identificar en el abstraccionismo y futurismo.

  • Taller La merced:
Los fundadores del taller la merced fueron a loa artistas Virgilio Guardiola y Luis Hernán Padilla y pensando en un proyecto mas ggrande invitaon a otros jóvenes pintores para darle cuerpo a la idea. Mas adelante hablaremos de estos compañeros, por lo pronto vamos a disfruta de los antecedentes de Virgilio y de Luis H.

El Taller la Merced nace como una iniciativa para que formara parte del perfil artístico del colectivo Teatro Experimental Universitario la Merced (TEUM) concebido por el destacado actor,director y dramaturgo Rafael Murillo Selva.
Murillo Selva concebía el centro la Merced como la conjunción de todas las manifestaciones artísticas que en los años 70s comenzaban a aflorar en Tegucialpa.Esto lograría (provocaría y así fue) un efecto multiplicador como no se había visto en Honduras.
El taller la Merced que comienza dando pasos a la par del Teum poco a poco va adquiriendo independencia y una personalidad propia gracias al trabajo de sus integrantes. 
por ese caracter de los artistas que forman la merced el taller se enrumba como eje central y socializador de las artes. supera en su momento al teum ya que en la merced convergen todos los artistas y sus propuestas; ya la música,el teatro, la poesía,fotografía, pintura escultura todo en ese espacio del TALLER LA MERCED todo moviendose con un ritmo enérgico por un propósito, con un propósito con una y muchas razones. darle un gran revolcon al arte, al mundillo del arte tegucigalpense






Victor Lopez


Sus obras están dirigidas el expresionismo, pero con mucho mas color (tropical). Y esto a su vez pasara a lo fantasmagórico.
Taller dante lazzaroni(este grupo: rony castillo, Gustavo Armijo, dagoberto posadas, julio Guardiola) un pequeño grupo , que se fusionaba.

De estos dos talleres van a salir, la generación de pintores, escultores, con una característica de ser figurativista (siempre habrán figuras humanas en sus obras).

En la escultura, los artistas hondureos se centraron en trabajar mas que todo con la madera, algunos de sus representantes son Obed valladares, y Jesus Zelaya quien no solo trabajo en madera, sin tambien en bronce, hierro y marmol.


Obed Valladares...



Taller de “La Merced”
Cada vez que se publica “algo” sobre el Taller de Pintores de “La Merced”, trato de hojearlo inmediatamente, para ver la posibilidad que haya sido incluida alguna novedad histórica, o artística, acerca de aquel grupo de jóvenes singulares que trabajaban, junto a sus caballetes, lienzos, pinceles, paletas y otros utensilios. Recuerdo haber publicado en la Revista “Caxa Real” (No. 6, del mes de abril del 2003) un ensayo de Reynaldo Díaz y Juan Manuel “Lito” García, sobre aquellos muchachos, en cuyo ambiente estaban integrados por los menos dos grupos de teatro: el “Teum” y el “Topu”. El ensayo aludido se encuentra cargado de anécdotas risueñas que colindan con lo antropológico, lo social, lo musical, lo político, lo irreverente y finalmente lo artístico.

En fecha más reciente (año 2013) he hojeado el libro “Taller de la Merced, 1974-1976”, prologado, con edición bilingüe, por el ex–embajador español en Honduras, don Luis Belzuz de los Ríos, y por don Tulio Mariano Gonzales. Los enfoques, de varios autores, están centrados en la obra pictórica de César Rendón, Aníbal Cruz, Ezequiel Padilla Ayestas, Felipe Buchard, Víctor López, Luis H. Padilla, Virgilio Guardiola, Dino Fanconi y Lutgardo Molina. Escriben sobre ellos (o quizás sobre sí mismos) Walter Suazo Aguilar, Virgilio Guardiola, Ezequiel Padilla Ayestas, Rigoberto Paredes, Alexis Ramírez, Delia María Fajardo, Ramón Caballero y Allan Núñez.

Resulta saludable una cierta precisión histórica basada en los recuerdos, las referencias, los datos documentales y las vivencias personales. El autor de estos renglones era un adolescente que visitaba, casi todas las tardes, entre 1975 y 1976, el estudio de los muchachos del ya famoso “Taller de la Merced”. Y aunque mis recuerdos son un poco borrosos, tengo claras las imágenes de Luis H. Padilla (“Padillita”); de Aníbal Cruz (“El Indio”); de Lutgardo Molina; de Virgilio Guardiola; y de Dino Fanconi. También recuerdo a Virgilio López y a un extraño personaje que llegaba de visita, casi todas las semanas, llamado Alexis Ramírez, un buen poeta conocido como “El Loco Divino”. Algunos años después se habló de que existieron dos talleres de “La Merced”, lo cual es probable, pero es un suceso que escapa a mis remembranzas directas. Tal borrosidad histórica me permitiría apostar que también observé, en algún momento, a César Rendón y a Jorge Constant.

No olvido que Virgilio Guardiola llegaba con su guitarra entonando las melodías protestatarias del momento. O con algún poema (de su propia autoría) que pegaba en alguno de los ángulos del estudio. Mientras tanto “Padillita” trabajaba intensamente, la mayoría de las veces en absoluto silencio, como preparando el sendero de una de las mejores texturas pictóricas hondureñas del siglo veinte. En ese silencio productivo le acompañaba Aníbal Cruz. Mi presencia (de dieciocho o diecinueve años de edad) resultaba inexistente; o por lo menos inocua. Eran los años transitorios en que me encontraba influido por los manualitos elementales de materialismo histórico y dialéctico, como parte adhesiva de mi “pecado original”. Sin embargo, Luis H. Padilla recuerda con alegría y puntualidad mis visitas, motivo que ha permitido el cultivo de una amistad fraterna por décadas.
Desde aquella época he tratado de comprender la pintura hondureña, sin perder de vista, en ningún momento, los referentes universales. También he intentado comprender, sin mucho éxito, los movimientos teatrales contemporáneos. Por tal motivo le he confesado a Tito Ochoa Camacho (quien comenzó a fraguarse en el “Topu”) que mi inteligencia y mis gustos personales llegan, desde la antigüedad griega, española, inglesa y alemana, hasta alcanzar la difusa línea contemporánea de Bertolt Brecht y Samuel Beckett. Nada más. Finalmente debo subrayar que he logrado cultivar la amistad de algunos de los mejores pintores hondureños de todos los tiempos, especialmente del decano de la pintura Miguel Ángel Ruiz Mattute; del ya mencionado “Padillita”; de Benigno Gómez; de César Rendón; de Armando Lara Hidalgo; y de otros que mencionaré más tarde. Espero que este humilde artículo se convierta en una especie de homenaje aproximado para aquellos pintores irreverentes que conocí en mi adolescencia, es decir, en mi primera juventud. Pero también en un homenaje para los artistas que se escapan de las triangulaciones temporales.



Dante Lazzaroni



Biografía Dante Lazzaroni


Escrito por GaleriaLazzaroni 05-12-2013 en Biografia. Comentarios (0)
Hijo de un inmigrante italiano, nació en San Francisco de Yojoa, Cortes, Honduras, el 7 de Julio de 1929. Entre 1945 y 1949 estudio dibujo, modelado,  cerámica y Pintura  en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Honduras. En 1949 recibe una beca por parte del gobierno para realizar estudios de pintura, escultura y grabado en la Universidad de San Carlos de México donde se gradúa en el año de 1954 obteniendo una medalla de plata como Mejor Pasante de Pintor. 


Regresa a Honduras y desde entonces se dedico a la enseñanza habiendo sido Profesor destacado de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Director de la carrera de Pintura de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras  y al mismo tiempo fundador de su propio taller y escuela de Pintura, habiendo promovido la creación del Taller Dante Lazzaroni que fue considerado como un momento decisivo  en la actividad creativa del entorno y de encuentro fraterno entre dos épocas , de convergencia entre la experiencia y la exploración artística.


Su obra ha figurado en los países de Centroamérica,  México, Estados Unidos y Sudamérica, en la exposición Arte de América y España en Madrid, en la Fundación FriedrichNaumann en Alemania, Italia, Francia y otros países de Europa. A lo largo de su carrera artística recibió muchos honores y reconocimientos internacionales así como el Premio Nacional de Arte Pablo Zelaya Sierra en 1984, el mas alto galardón que otorga el gobierno de Honduras a los artistas mas distinguidos que por su trayectoria , aporte a la cultura y herencia a futuras generaciones es considerado como uno de las mas claros exponentes de la plástica hondureña.




Escultor Jesús Zelaya


“Dios me encargó esta tarea y le estoy cumpliendo”
El monumento se podrá apreciar en la parte frontal del Santuario de Suyapa.

El 8 de marzo año de 1983 Honduras se vistió de gala al tener por primera y única vez hasta ahora, de contar con la visita de Su Santidad Juan Pablo II,  él realizó una gira por toda Centro América, que pese a los conflictos de la época,  se unió al saber que la máxima autoridad  de la Iglesia estaría en estas tierra y en especial  los hondureños.


Hoy a 29 años de ese gran acontecimiento  para el pueblo católico y en especial para los capitalinos,  y el escultor Jesús Zelaya ha querido usar el don que Dios le regalo y  hacer la escultura de  Juan Pablo Segundo.
“Tener la escultura frente al Santuario de Suyapa es una bendición para todos los católicos,  los que vivimos ese momento y las nuevas generaciones que podrán  apreciar esta obra de un personaje que significa mucho en nuestra fe”,  comparte el escultor


“Mi mayor tesoro”
¿Cómo le nace la idea de crear la escultura del Papa?
J.Z. Soy nativo de la Aldea Suyapa y soy Católico  y muy devoto a Juan Pablo II. Y gracias al don que Dios me dio,  decidí realizar esta obra que es mi mayor tesoro, aunque tengo una gran colección, las religiosas son mis preferidas.
¿Qué técnicas uso?
J.Z. Es curioso,  desde el primer momento que tuve la idea de crearla, mi idea fue por completo en bronce. Pero tuve que usar la técnica combinada, de bronce y de marmolina.
¿Porqué decide usar dos técnicas?
J. Z. No podía terminarla por completo en bronce ya que es cara la técnica y debía acomodarme al presupuesto, y por tal razón realice los puntos específicos en bronce y lo demás en marmolina.
¿Cuánto ha tardado en terminarla?

 J. Z.  Varios años pero espero dejarla terminada en un promedio de 30 días para que ya los feligreses vengan a observarla. Ya son pocos detalles los que faltan.
¿Qué altura tiene el monumento?
J.Z. La escultura en si tiene tres metros y” por tal razón no es una escultura  como le dicen,  es un monumento” y es la única que existe en Centro América de su Santidad el Papa Juan Pablo Segundo.
¿Quién le encargo esta obra?
J. Z. Dios, nadie más, me nació del corazón honrar y darle gracias al Papa Juan Pablo por decidir hace muchos años venir a visitarnos.  Recuerdo ese día fue una locura,  la feligresía feliz de tener de cerca al Papa Viajero y saber que yo estuve en ese gran evento, entonces,  ¿quién más que yo, para honrar a Dios y plasmar con mis manos el monumento de su Santidad Juan Pablo que pronto será canonizado?. Y con más alegría ya que estará en el Santuario dedicado a la Patrona de Honduras.
¿Qué apoyo ha tenido?
J. Z. Bueno en Honduras no tenemos esa cultura de ayudar,  es complicado pedir. Pero como es una obra para honrar a Dios siempre han salido personas de buen corazón que han dicho presente, pero sigo esperando más ayuda para dejarla aún mejor,  ya que hay muchas ideas en mi mente para dejarla mejor adornada.

¿Se siente satisfecho de su obra?
J. Z. Lo que uno le da a Dios se le multiplica,  mis sueños eran hacerla en bronce por completo pero no se pudo, pero estoy feliz he cumplido mi sueño. No he ganado algo monetario;  he invertido tiempo, dinero, pero estoy feliz con mi Iglesia y con Dios y saber que en Centro América,  en Honduras,  estará el monumento de un hombre milagroso que pisó nuestras calles hace muchos años. Eso me hace sentir más orgulloso de mi profesión.
Un hombre sencillo, carismático y firme en la fe cristiana y con el deseo de ofrecer y mostrar el don que adquirió en la vida;  plasmar con sus manos imágenes religiosas y en especial la de próximo santo católico, ese es Jesús Zelaya,  un catedrático de la Escuela de Bellas Artes y escultor de obras religiosas en especial.



MEJÍA, XENIA

HONDURAS, 1958
VIVE EN TEGUCIGALPA, HONDURAS


Estudió arte en la Escuela de Música y de Bellas Artes de Paraná en Brasil, y grabado en metal en la Escuela de Bellas artes de Wavre en Bélgica. Fue becada por el DAAD para estudiar en la Universidad de las Artes de Berlín, HDK. Ha realizado residencias artísticas en el Vermont Studio Center de Johnson y en el Taipei Artist Village, en Taipéi.

 Ha expuesto individualmente “Carnes” en la Galería Portales, en 1995; y “Desnudos” en la Alianza Francesa, en 1991, ambas en Tegucigalpa. Ha participado en exposiciones colectivas en el Centro cultural Conde Duque de Madrid; el Centro Mujeres en las Artes, en Tegucigalpa; el Cultural Center of the Interamerican Development Bank, en Washington D.C.; el White Columns, en Nueva York; el Centro Atlántico de Arte Moderno, en Las Palmas de Gran Canaria; y en la National University Gallery de Taipei, entre otras. Representó a Honduras en la 52ª Bienal de Venecia. Ha participado en la II Bienal de Praga; la I Bienal de Pintura del Istmo Centroamericano; las II, y III Bienales de Pintura del Caribe y Centro América; la IV Bienal Internacional de Pintura, en Cuenca; y la II Bienal de Artes Plásticas, en Tegucigalpa. Ha sido catedrática en varias universidades en Tegucigalpa, e impartido diversos talleres experimentales de arte en Centroamérica. X.M.



EN LA X BIENAL CENTROAMERICANA:

Xenia MEJÍA
Manglar (Rizophora mangle) siempre más que una estructura,
 2016
Técnica mixta (lápiz grafito, bastón oleoso, impresión, acrílico, sobre cartoncillo)
Cortesía de la artista

EN TORNO A MANGLAR (RIZOPHORA MANGLE) SIEMPRE MÁS QUE UNA ESTRUCTURA:

Cuando tenemos los ojos entrenados para observar la naturaleza con atención y cariño, focalizamos, en lugares especiales, ese caos primordial que buscamos, lleno de fuertes contrastes, zonas claras y oscuras, tonos sepias, negruzcos… Es un caos orgánico, está vivo, es un ser que se reproduce, hay elegancia y gracia en la forma en que se estiran, retuercen y entrelazan sus raíces aéreas.
Desde este punto de vista, me resultó interesante el manglar, como tema de estudio y de experimentación artística. El manglar aparece bien estructurado, bien tramado, sin apegarse a formas cautivas, sin someterse a una dirección predeterminada. No está limitado por una estructura fija, no hay barreras para su crecimiento, es una estructura libre, que puede crecer hasta donde las condiciones ambientales lo permitan. Así crece, se extiende. Su existencia es como la de un mapa viviente, en constante crecimiento.
Considerado como estructura gráfica, el manglar favorece el libre juego creativo, dejándome un terreno abierto para romper con modelos, con formas, actitudes y prácticas convencionales. Puedo abstraer la forma, para desarrollarla conceptualmente. Partiendo siempre del caos aparente, podemos re-interpretarla, re-formularla, re-dimensionarla, manteniéndonos fieles a esa gama de tonalidades crudas, terrosas, achocolatadas, sanguíneas, herrumbradas. X.M.



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